El presidente de la Diputación visita el Museo Etnográfico y la exposición "Despoblando rostros" de Mario Cervantes, que puede verse hasta el 31 de marzo

El presidente de la Diputación Provincial, José Manuel Caballero, visitó ayer también nuestro Museo Etnográfico Municipal de Villarrubia de los Ojos, así como las diferentes colecciones que alberga.

Acompañado del alcalde Miguel Angel Famoso, representantes de la Hermandad de San Isidro, y  miembros de la Corporación Municipal, Caballero conoció más a fondo la Historia de Villarrubia de los Ojos, sus costumbres y su gran legado histórico ligado a la agricultura.

Tanto los miembros de la Hermandad como los técnicos de Turismo, ya que la Oficina Municipal de Turismo se halla en el Museo, le explicaron el origen de este Museo, ubicado en el antiguo matadero municipal, que data de 1904, y vieron todas las salas del museo, que consta de cuatro salas en las que se ofrece un recorrido por la historia de las gentes de esta tierra, a través de la recreación de las actividades económicas que en este término municipal se desarrollaban y de los utensilios que empleaban en ellas. Desde la época prehistórica hasta mediados del siglo XX.

Este recinto cultural cuenta con salas de exposiciones temporales de pintura y fotografía, donde además se realizan jornadas y charlas. El patio del Museo, recientemente rehabilitado, ha sido y es escenario de conciertos y certámenes.

Precisamente ahora hay hasta el 31 de marzo la exposición ‘Despoblando rostros’ de Mario Cervantes, un viaje fotográfico hacia la despoblación que se podrá ver hasta el próximo día 31 de marzo.

Esta muestra consta de varias fotos en blanco y negro, y, como dice su autor, “en  esta serie hago un recorrido entre calles estrechas, empinadas, y encaladas de blanco y negro. Calles de pueblos de todas partes de España, en los que se respira el olor del pan recién hecho y de la soledad de los que aún quedan. Hombres y mujeres que caminan sin prisa y hacen sus labores rutinarias como si el tiempo no pasara ante ellos. Rostros tranquilos que muchas veces reposan en bancos, y que otras tantas se dirigen a hacer la compra a la tienda del pueblo. Personas que miran, a veces extrañadas, a los turistas que cámara en mano nos sorprendemos con rincones únicos, que para ellos pueden no tener nada de especiales”.

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